Dejé atrás mi hogar para comenzar uno nuevo.
Vivir varios años en una ciudad que conviertes en tu hogar para después decirle “adiós” sin saber cuando regresaras, definitivamente guarda en ese adiós una gran nostalgia difícil de entender.
Aún cuando sabes que lo que viene es más grande y mejor, nunca va a desaparecer ese sabor nostálgico, ese "home sick" que algunos llaman.
Muchas personas como tal vez tu y como yo, nos hemos ido a vivir lejos de casa. Y sabemos bien lo que es subirse en un avión y mirar por la ventana mientras este despega pensando todo lo que uno dejo atrás. Sí, la cama donde dormiste tantas noches tan bien, la mitad de tu closet… tus “cosas“, y es que a veces no es posible llevarte todo.
Y claro, lo más importante que dejas atrás son los momentos que habrá, como el cumpleaños de tu madre, ver crecer a tus sobrin@s o las cenas de navidad y esas tardes de café con tus papás que te perderás.
Sí, hay nostalgia porque dejas atrás lo que amas. Pero tomar tus maletas para seguir un sueño también implica mucha euforia. Y en ese momento sabes bien que hay mucha gente que desearía estar en tu lugar, porque tu alguna vez viste a otro partir y pensar - Puff ¡que chido!.
Obvio hay otras personas que no lo entenderán, pero lo que más importa es preguntarte a ti mism@, ¿este sueño que estas por cumplir te hace feliz?
Por eso nace este blog, porque en mi vida, las despedidas han sido inevitables. Y lo tienen que ser cuando hay 12, 756 Km. de diámetro en este planeta por recorrer y 7,500 millones de personas por conocer.
En esta ocasión viajé lejos para vivir una nueva etapa, de México a España (en específico de Playa del Carmen a Madrid). Y hay tantas cosas que se pueden compartir, tu conmigo y yo contigo.
Cuéntame, ¿Cuál ha sido tu viaje más largo en distancia y por cuanto tiempo?
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